Av. Grau, barranco, 11:15 de la mañana. Un altercado de choferes me saco de mi monótona mirada hacia la calle, empezó la discusión.

- ¡Maneja bien, mierda!
- Pero Ud. se está metiendo mal profe.
- Es que me tienes de aquí, para allá, no te pases oye, maneja bien mierda.

Se desplaza a ver el daño a su carro.

- Ni siquiera le ha pasado algo, encima que el mismo se mueve.

- Oye, mierda, aprende a menejar carajo.

Y ahí, ¡paf!, la mano del - a primera vista mas civilizado chofer - se impactó contra el parabrisas del omnibus, rajándolo instantaneamente.

- Putamadre.

Sube a su carro, primera y arranca, otro omnibus de la misma empresa le cierra en pase, realiza una maniobra para zafarse, le recrimina al otro conductor, pasa de largo.

Lo persiguen, pero logra huir.

En el óvalo de Miraflores nos para una policía, tenemos que bajar del vehículo. 11:50 así nunca llegaré, casi una hora después llego. Perdimos por walk over el partido de voley, pero ganamos de la misma manera el de básket. Que día para mas controversial.

Carrera de vida o muerte. Salimos del Jockey con Ajotaerre, caminaremos por la J. Prado hasta Aviación para que cada uno vuelva a su morada.

- Vamos hasta el puente.
- Nada, mejor cruzamos por el pastito.
- Putamare, no jodas huevón me cago de miedo.
- No va a pasar nada.
- Pero me cago de miedo.
- Ya, vamos a ver y si esta fácil cruzamos.
- Ok

Ciertamente, el trafico a esa hora no era muy intenso en la antigua Panamericana sur, el puente nos quedaba como a tres cuadras y la flojera nos estaba ganando. No decidimos nada, simplemente cruzar, con un miedo terrible acepté el reto, luego me vanagloriaría como si fuera un carrera mortal, simplemente alguien ya lo habría hecho antes, es nuevo para mí, era un reto de mente adolescente que al final logramos pasar, al final sólo son estupideces.

- Oye, me llama manguito
- Contestale
- Ok

No pare de hablar con ella y simplemente trate de interactuar entre Ajotaerre - yo, y manguito - yo. No salio tan espantoso, hablamos alrededor de cuarenta minutos, luego me despedi para tomar un vehículo a mi casa. Un taxi me cobró 10 soles (4.50, donados por el gentil y pelucón Ajotaerre, te lo pagaré en el cine) y no hice más que llegar a mi casa, prender la laptop y volver a llamarla, luego hablé dos horas con ella. Totalmente fuera de lo normal. Lingüísticamente no aportamos ninguna información, simplemente interactuamos.

Cuando, ya mas calmados - Ajotaerre and me - caminabamos cerca al Pentagonito:

- Oye, qué tal lata.
- De veras, pero camina nomás, todavía nos falta.

Me encanta que seas callada, que tu cara me lance ingenuidad a la cara, me encanta tu silencio, tu forma de percibirme, ausente, me encanta tu mirada y tu pasmado caminar, me encantas, no sé quién eres, pero intentaré saberlo.

Hoy escribo para nadie, para nadie en especial, simplemente escribo. Quiero decirte que no sé qué me pasa, intento decirte que el castillo de naipes se cayó, quiero decir que tal vez me atraes.

No me preguntes por qué, ahora no pienso en explicarte nada, lo que pasa es q soy casado, soy casado y con tres hijos. Mi matrimonio no va mal, pero me siento místicamente atrído por ti y por la imagen pseudo tierna que me proclamas.

Cuando caminas, cuando me miras, cuando - dentro de lo normal - me tocas. Te enlazas, me encantas cual hada madrina concede deseos a uno de sus - embelesados - ahijados, distribuyes sensaciones dentro de mí que terminarán explotando.

No me preguntes por qué, pero no pienso hacer nada, me quedaré pasmado, como un hongo en el jardín donde las vidas se enlazan, no es mi obligación contejar a una señorita linda como usted, simplemente quiero afirmar que me gusta, sóle me intriga saber... ¿Qué siente Ud. por mí?
(*) A propósito de la canción de Jason Mraz.


Hoy me entrego. Me entrego que para que me recibas como soy, para que no tengas objeción en mis repentinos cambios de estado, para que no te desveles esperando que regrese, para que no me extrañes más, me entrego.

Me entrego y qué mas da. Ya no tengo las agallas para decir que no te quiero, ya no puedo suspirar y decir que es el cansancio, ya no puedo, entiéndeme, ya no puedo.

Digo ahora que me entrego, también porque antes no me atrevía, también, porque los roses avanzan en el tiempo pero yo también avanzo, mi vida avanza y tu también y los rencores quedan atrás, me entrego ahora querida, para que tu también te entregues, porque para entregarse tiene que ser de a dos.
Joriot de niño, luego del infortunio.

Tenía 7 años, era la primera vez que iba a un estadio y recuerdo como llegué. Bajamos de la casa de mi abuela y tomamos la ruta 31 (supongo que era la 31 porque recuerdo que era roja). Luego no recuerdo mucho, hasta el momento en que nos disponiamos a bajar, en la vía expresa frente al - por ese entonces todavía célebre - Estadio Nacional. Mi papá compró las entradas para mi abuelo, para él y para mí, y fuimos al baño, como siempre hago ahora cada vez que sé que estaré sentado, o sin la opcion de moverme, por un prolongado tiempo.

La "U" jugaba ese día con Deportivo Municipal por el Torneo Desentralizado 1999, no recuerdo si fu el apertura o el clausura. El partido estuvo muy entretenido en el primer tiempo, no recuerdo goles tampoco faltas y esas cosas, sólo que me dieron ganas de orinar otra vez (malditas gaseosas, maldito metabolismo infantil), y mi abuelo muy gustosamente me llevó. Al regresar observe - emocionado- a las categorías menores (desde esas remotas épocas ya alucinaba "feo" como dicen). Empezó el segundo tiempo y creo la "U" se imponí al Municipal, aquí sucedió el percance. Mi sistema excretor urinario pedía otra vez ir al baño, y yo, sentado sobre un carton para que el calor de la tribuna no "dañe" mi trasero, no tenía el valor de manifestar: "papi, quiero ir al baño".

Me oriné, ni la satisfacción de ver al mi ídolo que aquellas épocas: El "toro" Cantoro, número 10 de la planilla crema. Nadie se dio cuenta, bueno hasta que abandonamos los pseudo asientos de cartón y mi papá exclamó: "Este huevón ya se orinó". Roche (bueno, años después supe que eso se calificaba como roche). Caminé un poco incomodo hasta el paradero. Tomamos la misma ruta, caminamos desde el paradero hasta la casa de mi abuela, un sentimiento de culpa me recorria la cabeza.

Me cambié el jean - es raro como recuerdos algunas cosas y otras no - y me puse un pantalon más fresco, ese día me compraron una pelota también y, como todo niño, comencé a patearla por la sala de mi abuela. Nada había ocurrido. Enano sonríe a la cámara. Clack! Al volver a Ayacucho me hice hincha de Alianza Lima.

Un pequeño percance. Salí con mi progenitor hacia una financiera de mi ciudad natal. La cuadra 9 de la Av. San Juan ya la había pasado alguna vez y ahora no me eran extrañas sus calles.Bueno, realizamos la transacción y tenias que llegar al Ovalo Gutiérrez para comprar un libro de arquitectura.

- ¿Tomamos carro aquí o al frente?
- Aquí, porque para el otro lado se van a SJM y por acá doblan hacia la Curva.
- ¡Ah!
- Tu abuelo me dijo que la 73-A nos lleva.
- Pero, ¿pasa por aquí?
- Sí, sí, mira, ya nos dejó.
- Mejor nos vamos a la Arequipa hasta Aramburú de ahí caminamos.
- Ok, toma esa.

En vez de doblar hacía el Puente Alipio, se fue al lado opuesto. "¿No se irá a Villa el Salvador?" , pensé. En efecto así paso. veinte minutos por las puras. Volvimos en el mismo carro que, ciertamente, nos dejo en Aramburú pero la habíamos tomado en sentido contrario. Tuve la razón y no me hicieron caso, qué podemos hacer. Mas atento, varón.

Me mudé. Ahora viviré en la congestionada Lima del cielo color panza de burro. El cambio - como dice cierta conocida tienda - es atreverse, en mi caso, a llevar una vida solo. Solo en el sentido que tengo una ciudad de casi 10 millones de habitantes que me rodea y, suena extraño, nadie conocido (exceptuando claro a mi hermana, Ajotaerre y su familia y alguno que otro ser extraño que acontumbra llamarse "mi promo"). Viviré a dos cuadras del malecón en Chorrillos y, como consecuencia de breves soliloquios, me espera un crudo invierno adornado por la brisa marina del mar de José Olaya. Por ahora solo quiero disfrutar mi verano, el lunes empiezo clases en la cato y espero no empezar con el pie izquierdo. Mis disculpas si el post no viene a la corriente de lo que anteriormente comentaba en el blog.