Slow motion

Foto by Belezeta

La mesa vacía, simple y llanamente vacía. Los vasos caían desparramando la sangre y los líquidos que absorbíamos minutos antes. Los gritos pegados a las paredes remecían toda la habitación. Mis pupilas cada vez se dilataban más acaso buscando encontrar las razones de tu comportamiento.

Cuando el primer vaso tocó el piso tu manos me cogieron del cabello y apenas pidieron permiso para sacudir mis mundos interiores en tres segundos de incontables desequilibrios. ¿Y si despertamos? La felicidad se desvanece y la diversión se convierte en tormento, en terror, en soledad y, sin querer, en depresión.

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