Imagen by ibarak vendo nikon 85mm 1.8
Es de noche en casa y todos duermen. Solo se escucha la respiración de todos los que duermen y en uno de los cuartos el televisor todavía esta prendido. Olor a comida que viene de la mesa, debe ser carne de la cena que el niño no quiso comer, trepo y me encuentro con un filete en perfecto estado.
¿Por qué no habrá querido comer el niño?
En la tarde sus padres discutieron mientras yo ronroneaba por los sillones, él veía caricaturas y rozaba mi cuerpo contra los muebles buscando quitarme la picazón que en toda esa tarde me atormentó. La madre grita y el niño voltea, el padre grita también y ahora yo los miro fijamente a ambos, se gritan y el niño se asusta, yo erizo la cola y retrocedo hacia la puerta como para emprender una retirada fugaz, por si las cosas se ponen color de hormiga.
El padre se va, la madre llora y el niño llora con ella, se seca sus lágrimas con la blusa y va a la cocina, vuelve con dos platos de filete de res, bien cocidos, yo empiezo a oler magnificos aromas, pero de pronto la madre me bota al patio para que deje comer al niño, dice que hago mucha bulla. No importa, pude esperar a que apaguen todas las luces para colarme por la mampara de la sala y correr al comedor sin que nadie me vea. Aunque en el cuarto de la madre todavía se escuchan las voces del televisor, nadie me quitará lo que estoy comiendo.
¿Por qué no habrá querido comer el niño?
En la tarde sus padres discutieron mientras yo ronroneaba por los sillones, él veía caricaturas y rozaba mi cuerpo contra los muebles buscando quitarme la picazón que en toda esa tarde me atormentó. La madre grita y el niño voltea, el padre grita también y ahora yo los miro fijamente a ambos, se gritan y el niño se asusta, yo erizo la cola y retrocedo hacia la puerta como para emprender una retirada fugaz, por si las cosas se ponen color de hormiga.
El padre se va, la madre llora y el niño llora con ella, se seca sus lágrimas con la blusa y va a la cocina, vuelve con dos platos de filete de res, bien cocidos, yo empiezo a oler magnificos aromas, pero de pronto la madre me bota al patio para que deje comer al niño, dice que hago mucha bulla. No importa, pude esperar a que apaguen todas las luces para colarme por la mampara de la sala y correr al comedor sin que nadie me vea. Aunque en el cuarto de la madre todavía se escuchan las voces del televisor, nadie me quitará lo que estoy comiendo.
0 Protecciones:
Publicar un comentario