Inocencia

Imagen by Aránzazu hg

Simón tenia 5 años cuando vio un beso. Era la fiesta de la tía Gladys, todos los invitados eran mayores. Sus papás estaban bailando mientras él jugaba con Michigan en la azotea y se tiraba boca arriba a tratar de contar las estrellas. Él era en ese momento el más joven de los Rodríguez-Silva y no suponía lo que más tarde le iba a tocar vivir.

Samuel y Josefa subieron a la azotea como si no hubiese nadie, se arrinconaron en la parte más oscura y empezaron a besarse como dos adolescentes normales. Simón, escondido entre viejas cajas de lavadoras y refrigeradoras tenía una vista magnífica de la arremetida de ambos. Sus ojos brillaban de ternura y embelesamiento, de lujuria pueril y de sentimientos de vergüenza. En un momento sus pupilas se quedaron mirando fijamente los labios de Josefa, su prima y se quedó con la boca abierta, añorándolos y alucinando con ellos.

De pronto Michigan salio corriendo porque Simón le piso la cola, ambos adolescentes voltearon, las miradas acusantes que le lanzaron le rompieron las pupilas y de puro macho se escondió. Samuel se irritó y dejo sola a Josefa con su primo. Ella agarró diez soles y le dijo: No le digas nada a mi mamá y tendrás muchos más de estos.

0 Protecciones: