Simón y los diablos azules


Caminaba y dejaba rocío a su paso. Pisaban van, pisadas vienen y aun cuando caía simplemente volvía a volar. Atractiva, seductora y emocionalmente incompleto, así divagaba por caminos sinuonos mientras las llantas del vehículo rebotaban en las piedras. Volvió ser Simón. Se detuvo frente al umbral, se persigno y abaleó a todo lo que se movía frente a él.

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