Inventario

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Hemos llegado hasta aquí. Hoy partiré de nuevo al pueblo que me vio nacer luego de una tensión total todo el día por saber si tenía un pasaje. Partiré para celebrar las fiestas de fin de año con mis padres. Al inicio ellos vendrían pero el cruce de horarios hace que ahora yo vaya hacia ellos.
Y qué puedo decir. He terminado el primer año en la PUCP (aunque solo han colgado la nota de un final, Damn It) y aprendí muchas cosas en este tiempo.

Aprendí a jugar mejor pichangas (aunque dicen que de arquero la puedo hacer), aprendí a abrirme y hacer nuevos amigos, aprendí a extrañar a mis viejos amigos, aprendí a caminar con cuidado en barrios no tan seguros, disfruté lo que es celebrar un fin de ciclo con amigos, dejé de fumar tanto aunque a veces se le vienen a uno las ganas, aprendí a controlarme a la hora de tomar, a la hora de gastar, a la hora de vagar. Aprendí a levantarme solo en las mañanas y hacerme responsable de mis actos, aprendí a valorar la presencia de mis padres, aprendí a vivir sin televisor, aprendí a ser fiel, aprendí a decir NO, aprendí a escribir mejor, aprendí a estudiar, aprendí a leer a conciencia y no solo por diversión, aprendí a dar hoy sin esperar que algún día me den.

Aprendía a colaborar, a hacerme dormido en el micro, a resistirme a un robo, a tirarme las clase, a llegar a las clases aunque todos digan no vayas. A pedir libros en la biblioteca, a admitir mi sancion por olvido de libros, a hacer mi cola para el básico, a comprar un tio bigote, o teddy o comer en popos, a comer pan el plaza vea, a caminar por calles con una cerveza en la mano, a caminar por el Olivar a las 2 de la mañana, a manejar un carro automático y uno mecánico, a coger caracoles de mar entre las piedras en Barranco, aprendí 4 rutas para volver a mi casa, 2 para ir a la universidad, una para el jockey, aprendí a convivir con personas normales, que muchas veces creí más que normales. Aprendí a dirigir y a ser dirigido, aprendí a citar y a analizar una novela o un poema. Aprendí que los impulsos son un objeto peligroso, aprendí a pedir perdon y a malograr cosas, aprendí de caminar solo por la vida, aprendí que si quiero a una persona le digo las cosas como son, aprendí a desconfiar de la gente y a confiar también, aprendí a extender mi saldo por todo un mes recargando solo una vez. Aprendí a jugar poker y a amanecerme y dar todo por un trabajo.

Si me preguntan si me gusta Lima, mi respuesta es que el punto no es si me gusta o no. El punto es si me acostumbro o no. Si es que puedo socializar e interactuar y desarrollarme normalmente, o no. Más que gusto, es costumbre. Y más que costumbre, uno va aprendiendo muchas cosas, no de la ciudad; de la vida.

PD. No escribiré nada por Navidad y creo que talvez algo por año nuevo. Si escribo antes de esas fechas aparecerá normalmente. Por lo pronto no tengo nada más que decir. Disfruten la canción de Ruben Blades.

3 Protecciones:

Rosabel dijo...

Te faltó aprender a despedirte de todos tus amigos nada mas...! BUEN VIAJE =).

Belezeta dijo...

Nunca aprendí a despedirme. Soy malísimo para eso u.u

Rosabel dijo...

:O respondiste mi comentario o.O jaja ok =) enjoy ayacucho ;) suertee