El bosque


Paseaba y sus cabellos se mecían de un lado al otro en mi cabeza, simplemente caminaba, otra vez, solo, una ciudad para mi, para que mis pensamientos y mis pequeños miedos se hicieran realidad. Claroscuro. Sigo mi rumbo como cuando la conocí. Esperé simplemente que todo sucediera, yo me aproximé a sus labios y ella hizo lo mismo, dos segundos de sensación de libertad, que toda la fiesta se ha ido y que nadie esta, todos están. Ese día la conocí de verdad, y hoy se encuentra ausente y sigo solo por Pallallerne buscando una salida, un simple signo que me diga donde doblar y por donde llegar. Avenida blanca a mi derecha y simplemente no quiero recorrerla voy por sitios que nombran santos y mirones, por sitios que apenas y pensaba transitar, es una casualidad, es una certeza, tenia que conocer algun día esos antepasados. Los pies me queman, quiero ya avanzar, llegar a mis aposentos, pensar en ella y dormirme viendola dormir. La indescicion de ciertos personajes ronda cerca, mano levantada.
- A huaylas, subiendo el malecón.
- Diez
- Ya, ya, vamos.

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