Simón y el Loco Sonámbulo


Le sangraba la cabeza pero aun así queria mirarlo a los ojos, no se rendía, no quería ser el hazmerreír de sus compañeros, el Loco Sonámbulo le estaba ganando la batalla, él quería más, estaba adormecido cuando de pronto se hizo la luz.

El Loco apareció tres metros más adelante, sangraba de la cara, exactamente no sabía de donde, el charco se iba formando el chirrido se intencificó, nadie pudo socorrerlo, empezamos a huir y me seguía sangrando la cabeza, a lo lejos los caballos se acercaban pero aún no veía la entrada al pueblo, aún seguíamos corriendo, el Loco seguía desangrandose en el pavimento, los caballos repicaban y el sonido de las trompetas sacudia el silencio en el desierto, no se movía yo simplemente veía como escapaba el vehículo, tras los caballos un grupo de carretas se iban movilizando, me dolía demasiado la cabeza como para pensar en los problemas que vendrían, se detuvieron en el precipicio y exclamaron libertad, al oír ese grito sólo atiné a caminar más despacio, abroche mi casaca y decidí que la proxima vez no tomaría demasiado. La proxima vez mis víctimas no sufrirían demasiado.

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