Sin pecado concebida



La casaca que no abriga se hace presente en esta reunión, uno, dos fortuitos acompañantes. Morada ajena, y esa incomodidad de no saber cuando pasa algo. Derrepente todo es silencio y un roce se hace imperecedero. Dedos buscan lugares que recorrer, buscan un sitio exacto, inmobil. Una fragancia que tocar, un cuerpo ininteligible que adornar, una situacion que merezca la pena dejar grabada en la memoria.

Somos accionarios de un querer pasajero, que poco a poco perecerá. No se sustentará. Todos lo destruyen mentalmente. Todos. Nosotros también. Con cada nuevo roce. Pierde sentido y se volverá - espero que no - rutinario. Oh! no. Le dije que la quiero, empezó la destrucción. Sin pecado concebida.

0 Protecciones: