¿Quién nos lee?

Imagen by * Calvi *

Para todos los que no me leen, los que no se cuidan de
mí, pero de mí se cuidan (aunque me ignoren)

Vicente Aleixandre

Al escuchar su nombre el viejo se levantó del asiento y caminó los pasos necesarios para llegar al estrado y recibir el prermio, con voz gruesa empezó a recitar:

"Al azar las palabras se lanzan. Una a una penetran en los corazones de los que, tal vez, se atreven a leernos. Solo se distraen con lo que elucubramos en silencio. De lo que meditamos cuando estamos comiendo, durmiendo, soñando, viajando, sentados en el baño, en la ducha, al despertarnos. Ellos se distraen y nosotros nos realizamos. Al azar las palabras no se lanzan.

Me preunto quién nos lee. Me pregunto quién me lee. Si es la persona ideal que necesita esas palabras en ese preciso momento, o si es alguien cuyo sentido no esta orientado hacia mis palabra y solo me coje por tener algo en qué distraerse. Dicen que en determinados momentos estamos preparados para determinados libros.

Yo no terminé de leer Ulises porque senti que no estaba preparado. Pero si leí Cien Años de Soledad, libro que marco mi pubertad y con el cual me identifiqué desde el momento que vi su tapa blanca en la libreria, libro que volvere a releer para darle un mejor sentido a mi concepto de Macondo; pero, si existe ese momento, ¿nuestros escritos se limitan solo a los lectores que en ese momento sienten lo que tratamos de explicar con palabras? ¿Un texto atrae a su lector, es el texto el que se prensenta ante un lector en el preciso instante de su vida, o simplemente existen las coincidencias en el mundo? Esto último es un tanto controversial y a mi juicio, no existen coincidencias en el mundo.

Quién nos lee no es más que una adaptacion de la pregunta para quién escribo (Título del conocido poema de Vicente Aleixandre, del cual he sustradio algunas lineas) Y entonces puede saltar la respuesta - o paradigma - "Yo no escribo para nadie, ni para que nadie me lea, escribo porque es la unica manera de que salte lo que llevo dentro, es la unica manera de vivir libre en un contexto con limitaciones, es buscar la perfección en las palabras e idealizar un mundo que no es, que no ha sido y que no será posible, para eso escribo. Yo escribo para algo, no para alguien".

El viejo detuvo su discuro entre palmas, dio los pasos que necesitaba para llegar a su asiento y la ceremonia de premiación continuó.

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